Aprender del mundo de audio

aprender3 Debo confesar un secreto: realmente me caen bien los ingenieros de sonido. Soy consciente de la tradicional batalla entre técnicos de sonido e iluminación – y no negaré haber hecho unos cuantos chistes a costa de mis honorables compañeros de escenario –, pero lo cierto es que nos necesitamos mutuamente. Los profesionales que se dedican al audio suelen ser metódicos, eficientes y objetivos en sus criterios, lo cual se traduce en diseños inteligentes, prácticos e innovadores. Y si ellos se han beneficiado de nuestros trusses durante años, ¿por qué no habríamos de mejorar nuestra tecnología con sus avances?

Cuando pienso en un line array, veo uno de los sistemas de anclaje más revolucionarios e interesantes que se hayan hecho. La idea de multiplicar los recursos minimizando los soportes de anclaje me parece estupenda. Adaptar la cobertura de esos recursos sobre la audiencia jugando con la orientación de los aparatos, es simplemente brillante. Y el hecho de hacerlo así de sencillo, empleando estructuras adaptables y bulones (tornillos de gran tamaño) fáciles de poner y quitar, ha optimizado al máximo la dinámica de los montajes y las posibilidades de los diseños.

No hay que olvidar que, al igual que los sistemas de P.A., nosotros también empleamos en iluminación herramientas específicamente pensadas para cubrir al público. Hemos llamado a estos aparatos “blinders”, y tradicionalmente se han empleado sobre las mismas estructuras de truss con las que iluminamos el frontal del escenario. Si bien los elementos escenográficos nos brindan la posibilidad de emitir luz hacia el público para generar distintos efectos, solemos emplear la infraestructura existente para posicionar los proyectores, por lo que dependemos del espacio que nos dejan el resto de luminarias, cajas acústicas, telones y otros elementos. No siempre constituye en problema, pero a veces deriva en un conflicto serio.


Imitar a los sistemas de anclaje line array no sólo posibilita la ubicación de múltiples luces en un sólo punto. También permite direccionar los ángulos en los que incide la luz a conveniencia, elevar la intensidad lumínica de un efecto empleando varios proyectores como una sola fuente, y en un contexto más amplio, mejorar nuestros diseños con la posiblidad de crear “muros de luz” en tres dimensiones.

aprenderOtra tendencia muy interesante en el mundo del audio es lo que podríamos llamar “economía acústica”. Se intenta alcanzar con calidad a la mayor cantidad posible de oyentes, pero reduciendo al máximo las cajas necesarias así como el consumo de las mismas. Esto es algo que en iluminación podemos interpretar muy bien a través de la noción de “eficiencia lumínica” que tanto nos preocupa últimamente. Podemos evaluar la eficiencia de una fuente bajo la relación “lumen/watt”. Cuanto más alta sea esta relación, más rendimiento aporta una luminaria.

Por una vez sería justo aceptar que los ingenieros de sonido nos han ganado en algo. Y como dice el refrán, si no puedes con el enemigo, mejor únete a él. Al fin y al cabo, adaptar las técnicas que mejor funcionan es sólo un pequeño paso para el técnico, pero un gran paso para la industria.