Por Sergio Enrique Gaitán, Country manager Mexico & Centroamérica para AVIXA
Debe tener más de 15 años que recuerdo haber escuchado con cierta frecuencia de esfuerzos orientados a la sustentabilidad: stand by en productos, operación en modo económico o ahorro de energía; algunos fabricantes comenzando a incluir producción con certificacion Energy Star y recomendaban el uso de computadoras que cumplieran ciertos estándares. Con el tiempo, el desarrollo tecnológico se sumó y se obtuvieron equipos basados en LED, OLED, amplificadores clase D, y otros productos que por sí mismos consumían mucho menos corriente eléctrica en comparación de sus predecesores, además de que disipaban menos calor y con ello demandaban menor gasto de control de temperatura o enfriamiento a nuestros proyectos.
Todo esto si bien ha sido un cambio gradual, como concepto no es para nada nuevo. Sin embargo, la industria AV profesional -a mi parecer- no ha logrado evolucionar al ritmo necesario en cuando a sustentabilidad.
Creo que es por demás sencillo notar la magnitud del problema, que el hombre y no solo la industria representa para el ecosistema actual. Los cambios notorios en las temperaturas que hemos tenido con calores extremos en algunas ciudades, lluvias y sequias que llevan a puntos alarmantes, y la cantidad de desechos que generamos en nuestras diferentes actividades desde el entretenimiento, alimentación y comunicación no son la excepción.
Sin ser experto en el tema, y sin hablar de sustentabilidad en todas sus aristas, para lo que recomiendo revisar iniciativas como SAVe o nuestro Grupo de Consejeros de Sustentabilidad de AVIXA, quisiera repasar algunas ideas que no son el hilo negro, pero definitivamente conviene repasar en cuanto al manejo eficiente de energía en la industria.
Comenzando desde nuestro conocimiento
Aun con cierta frecuencia recibo preguntas sobre conocimiento eléctrico básico de personas parte de esta industria. El audio y video profesional es clasificada como aplicación de bajo voltaje o Low voltage, que para fines prácticos significa que los riesgos son mínimos al manejar el voltaje de una señal de audio, video o redes. A mi parecer, generalizando un poco, este mismo riesgo ha hecho que la industria de un paso a un lado para solo “ver de lejecitos” todo lo referente a instalaciones eléctricas y su operación, al menos para la mayoría de las empresas de integración.
Esto mismo genera problemas de entendimiento y operación aun en proyectos clave o con inversiones millonarias en tecnología, por temas tan sencillos como balanceo de cargas, manejo de tierra o incluso protección eléctrica en los racks o el cálculo del consumo eléctrico y generación calórica de nuestros sistemas, lo que llega a convertirse en ciertos dolores de cabeza.
Cuando esto sucede, es impensable que entonces la empresa ponga más atencion a energía eléctrica y las oportunidades que hay en ella.
Desde sistemas de atenuación y control de iluminación, las propias luminarias, acondicionamiento eléctrico, hasta soluciones mas proactivas como monitoreo de consumo y generación y almacenamiento de energía eléctrica con paneles solares, y de nuevo, no significa que deben ser todas soluciones que todo proveedor AV tenga en su catálogo. Sin embargo, al igual que otras especialidades, al menos sería útil tener aliados capaces de proveer ese tipo de soluciones, con quienes exista un entendimiento y lenguaje común que facilite implementaciones conjuntas e intercambio de información.
¿Todo proyecto inicia con el diseño?
El primer paso de un proyecto suele venir desde el lado comercial hablando de necesidades de usuario, nace técnicamente cuando alguien comienza a arrastrar el lápiz (o mouse). Sin embargo, aun antes de la etapa de diseño, las empresas de integración pueden definir prioridades o conceptos que marquen el toque o sean el diferenciador de la empresa misma, así como del proyecto que inicia, o que ampliamente recomiendo comenzar a practicar.
Tenemos muchos años con la disponibilidad de equipos, accesorios y funciones como sensores de presencia, movimiento, RFID, de conexión o de señal de algún tipo, secuenciadores de encendido, dimmers, procesadores de control, sin embargo, solemos no explotarlos al ponerlos a funcionar juntos, alrededor de un concepto más grande que condicione la forma y alcance del proyecto y la propuesta.
Un proceso de diseño sustentable debe partir antes que nada de que se decida hacerlo. Una vez tomada esa decisión, podemos revisar los productos más eficientes energéticamente hablando que tenemos disponibles, para definir cuáles serán nuestras herramientas de integración. Una vez hecho esto, recomendaría tener presente siempre, si es necesario con post-it en lugares visibles:
¿Cuándo debe estar activa esta función?
¿Puedo des-energizar la función cuando no se requiere sin afectar la operación del sistema?
¿Puedo y sirve monitorear el consumo eléctrico de la función?
¿Aumenta el costo el realizar un diseño más sustentable?
Tener estas preguntas presentes en el proceso de diseño nos permite asegurarnos de que la sustentabilidad es considerada en la planeación de proyecto, y agregarlo a las conversaciones con los clientes. Idealmente, un experto debe ser capaz de implementar tecnología, pero además también de orientarla a funciones mayores mientras cumple con los requerimientos del cliente.
¡Hasta pronto!
sgaitan@avixa.org