El equipo de Eskema Arquitectos proyectó un espacio en el que se vive la filosofía de la empresa: un lugar en donde el trabajo es una actividad muy agradable, y en el que los integrantes del equipo están orgullosos de pertenecer y lo reflejan en el servicio al cliente; logrando una productividad exitosa y eficiente.
El cliente fue muy claro a la hora de exponer sus requerimientos: tenía que ser un lugar con diseño cálido, atemporal, no ostentoso y que proyectara el carácter premium que tiene Russell Reynolds.
Un espacio que definiera claramente el área pública, en la cual laborara el staff y un área privada, en la que los clientes se sintieran en un ambiente de confianza al realizar sus entrevistas, ya que se maneja información confidencial.
La madera es el material aplicado en pisos y muros que le da distinción al espacio y armoniza con los colores sobrios, complementando el diseño elegante de la alfombra. Incluso la banca de recepción—pensada más como un lugar de transición y nunca dejar a alguien “esperando” ahí—es un elemento escultórico que se integra a la arquitectura.
El comedor presenta un piso cerámico, con diseño geométrico que sube hasta medio muro, dando así movimiento y rompiendo con la monotonía más acorde al carácter relajado del espacio, en donde también se encuentra una barra de corian en gris tenue para dar servicio a los usuarios.
Integrar catorce espacios de oficina en un área reducida representó todo un reto para los arquitectos Juan Carlos Jiménez, Luis Manuel Gómez Portugal y el equipo de Eskema Arquitectos, pero se completó un proyecto que integró la mística de la empresa, el ímpetu laboral de los colaboradores y la atmósfera de cordialidad que precisan los clientes que van a las entrevistas.
Un interior en el que todos disfrutan de un espacio de trabajo funcional y contemporáneo.