Por Aleksandar Lalicki Posavec, diseñador de Iluminación
En cada actividad profesional, en especial si ésta es relacionada o fundamentada en un proceso creativo, existen trabajos que se pueden considerar únicos, especiales, algo que podemos hacer una sola vez en transcurso de nuestra carrera profesional. Para un diseñador de iluminación o la persona que trabaja con luz, revelando formas arquitectónicas en las horas nocturnas cuando la luz solar ya no está presente, algunos de estos retos pueden ser la oportunidad de iluminar algún edificio icónico, edificio que simboliza una época, una ciudad, la importancia y presencia de la Fe, o tal vez es “solo” el valor arquitectónico en sí, que le proporciona ese valor destacable, irrepetible.
México es un país con la enorme riqueza patrimonial, tangible, como intangible. Y dentro de este patrimonio tangible, se encuentra la historia de nuestro país encarnada en el patrimonio edificado. Desde la magnificencia de Teotihuacán, secretos cubiertos por la selva en Palenque y Bonampak, alegría de El Tajín, la sobriedad de Uxmal o magia de Chichén Itzá en los equinoccios, pasando por los centros históricos virreinales de la Ciudad de México, San Luís Potosí, Querétaro, las calles coloridas de Campeche o Mérida, o los laberintos de Guanajuato, para llegar hasta los grandes logros de la arquitectura del siglo XX, como es el Palacio de Bellas Artes, la Ciudad Universitaria, Museo de Antropología, y culminar con los rascacielos del presente en Reforma y Santa Fe en la Ciudad de México, o San Pedro en Nuevo León, o en la Angelópolis en Puebla – toda esta riqueza es la muestra de la capacidad de los habitantes de México, de construir su presente magnificente, que a posterior se convertía y se convertirá en referente histórico para las generaciones futuras.
Dentro de esta colección “monumental de monumentos”, la Catedral Metropolitana de México, o la Catedral de la Asunción de María a los Cielos de la Ciudad de México, que sería su “verdadero nombre”, tiene un lugar muy, muy especial. Es la iglesia católica más grande de Latinoamérica, sexta iglesia mas grande en área que abarca, la sede de la Arquidiócesis de México, el corazón de la fe de los millones de mexicanos – aunque, probablemente, en los corazones de los mexicanos este papel lo tiene la Basílica de Guadalupe.
La Catedral es un edificio magno, de más de 124 metros de largo, con las torres de más de 65 metros de alto, y la fachada 60 metros de ancho, 110m aproximadamente si incluimos el Sagrario Metropolitano. Su construcción abarca un período de 250 años, iniciando en 1573 con el arquitecto español Claudio de Arciniega, para concluir la obra en el exterior en 1813 – el interior se había terminado antes, en 1667. Aunque hay algunos trazos de estilo gótico, la Catedral es un ejemplo de barroco mexicano, pasando por plateresco, estípite y churrigueresco, terminando, de hecho, en neoclásico, bajo la batuta de Manuel Tolsá. Otros arquitectos destacados que participaron en la construcción de la Catedral fueron Jerónimo de Balbas y José Damián Órtiz de Castro.
La Catedral –construida en piedra chiluca, tezontle y en menor medida cantera– tiene un color gris claro, con excepción de tableros en la portada, elaborados en mármol blanco. La fachada principal cuenta con algunos elementos destacables visualmente: los tableros, las puertas, las esculturas – en especial La Fe, la Caridad y la Esperanza, además de las magnas torres con sus originales remates en forma de campana.
El Sagrario Metropolitano, la iglesia parroquial del Centro Histórico, y parte integral del conjunto catedralicio, construido en tezontle rojo, con las portadas Sur y Oriente de cantera, develan un estilo churrigueresco.
La luz celestial
Y aquí llegamos al punto dónde entra el diseñador de iluminación, cuya tarea, es iluminar la Catedral. Descubrir su fachada en la noche del Centro Histórico, en las penumbras del Zócalo, entre la oscuridad y la luz amarillenta de vapor de sodio de la iluminación vial. Claro que la invitación de participar en un proyecto así no se rechaza ¡nunca! Porque, justamente, poder iluminar un monumento de tal valor, tal importancia en el escenario religioso más grande de México, es ese reto, esa invitación, que esperamos toda una carrera, los que trabajamos con Luz. Y bueno, tuvimos suerte. Y cómo dicen que la suerte acompaña a los valientes, nos atrevimos. Así mis colaboradores, tanto de Grupo TARES durante los trabajos en la fachada principal, cómo de Z&A Servicios en la fachada Oriente y un servidor, dedicamos nuestros conocimientos y nuestros talentos en crear la mejor propuesta para cumplir adecuadamente con la tarea que nos fue encargada por el Fideicomiso del Centro Histórico.
El proyecto de iluminación de la Catedral tiene dos etapas para este diseñador: la primera entre 2015 y 2017, y la segunda, en 2018. La primera etapa contempla la fachada Sur, que es la fachada principal del conjunto, y la segunda contempla la fachada Oriente (y Norte) del Sagrario Metropolitano, así como la fachada Oriente de la Catedral, específicamente, la portada del transepto, y la cúpula con la linternilla, además de los niveles de las naves con la balaustrada de Tolsá. La primera etapa los hicimos con Grupo TARES y la segunda con empresa Z&A Servicios.
En el desarrollo del proyecto respetamos los preceptos de la Carta de Tasco, que es el reglamento para normar las propuestas sobre la iluminación nocturna de monumentos y centros históricos; el documento, uno de los primeros en su tipo en América Latina, fue realizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) con el respaldo de expertos en la materia de diversas nacionalidades, publicado en 2009, bajo el auspicio de Arq. Ana María Lara Gutiérrez, en aquel entonces una de los directoras del INAH, la institución regidora de todo lo relacionado con los edificios o monumentos históricos ubicados en las zonas definidas como las zonas de monumentos o colindantes con ellas. La directriz más importante de este documento dice que un edificio no se puede tocar con nada más que con la luz. Y así lo trabajamos.
Para la fachada Sur, la primera propuesta contemplaba colocación de luminarias de alta potencia y ángulo muy cerrado en los niveles superiores de los edificios del Ayuntamiento de la Ciudad de México, justo enfrente de la Catedral. La distancia de más de 200 metros entre las fuentes lumínicas y la fachada principal de la Catedral no iba a ser un problema real, debido a la potencia lumínica de los instrumentos que pretendíamos utilizar y el control de coberturas que su óptica nos brindaba. Sin embargo, por algunas razones administrativas esta propuesta fue rechazada y tuvimos que cambiar el concepto.
Propusimos una serie de postes de luz, ocho para ser exactos, con una altura de 12 m los cuales iban a ubicarse dentro del Atrio Sur de la Catedral. El Instituto Nacional de Antropología e Historia no permitió la colocación de los postes dentro del Atrio Catedralicio, pero nos propuso colocar los postes en la acera enfrente de la Catedral, en la orilla del arroyo vehicular Norte del Zócalo de la Ciudad de México, lo que aceptamos y nos dimos a atarea de encontrar la propuesta adecuada de luminarias para un adecuado diseño. Sin embargo, la propuesta del INAH abría puertas a utilizar postes más altos de lo que originalmente quisimos, además nos encomendaron utilizar estos postes para mejorar la iluminación de la calle, tanto peatonal, cómo de arroyo vehicular.
De los ocho postes originales, quedaron siete, porque el octavo poste iba a invadir el área del Sistema de Transporte Colectivo – Metro, lo que no fue aceptable. Los postes de 15 m de altura, diseñados por Arq. David Pineda Muñoz de Grupo TARES y Mtro. Aleksandar Lalicki Posavec, contemplan una estructura ligera de tres tubos de 3” de diámetro, unidos con placa de acero a cada 1.50m. Los postes están colocados sobre las bases de concreto, cuyos cimientos de concreto armado tienen poca profundidad, pero cubren una gran área, con el fin de evitar problemas con los restos arqueológicos, que en la zona del Zócalo capitalino están en una profundidad mínima. De hecho, durante los trabajos de cimentación, se descubrió la tumba con los restos fúnebres de uno de los primeros canónigos de la catedral, hecho que detuvo la obra por unos seis meses.
Para minimizar el impacto visual, optamos por colocación de las luminarias de forma vertical, en lugar de la opción mas tradicional como en los estadios deportivos. Los postes están colocados sobre los ejes visuales de edificio, y coinciden con las pilastras, con las columnas o espacios sin importancia visual real para el monumento. La base de cada poste está protegida con placa de acero multiperforada, con el fin de evitar acumulación de basura n las bases de los postes.
Las luminarias seleccionadas, 114 en total, son de la marca Griven, son de estado sólido – la fuente lumínica son LED, de la marca Nichia; con 64 “lámparas” individuales, con las ópticas especiales en cada lente. Utilizamos dos tipos de luminarias: de blanco dinámico y con cambio de color.
Los de “blanco dinámico” son aquellos dónde en el mismo cuerpo las “lámparas” individuales están divididas entre las de 3,000ºK, y de 6,500ºK, lo que nos permitía ajustar la temperatura de color blanco para diferentes partes de la fachada y poder utilizar las temperaturas más “frías” para la iluminación de los detalles – especialmente funcional en los tableros blancos de la portada principal, y en la fachada churrigueresca del Sagrario.
Las luminarias cuentan con el alto índice de rendimiento de color (CRI) de más de 90, lo que permite a los observadores – visitantes realmente percibir los colores de los edificios tal cómo son, y poder distinguir los detalles a la perfección. Hay 100 luminarias con siete diferentes ángulos de color para esta fachada.
Las 14 luminarias con mezcla de color RGBW (rojo, verde, azul y blanco frio 6,500ºK) han sido autorizadas por el INAH, para poder iluminar la Catedral en colores correspondientes a las celebraciones litúrgicas especificas: la celebración de la Asunción de la Virgen María, el Día de la Virgen de Guadalupe, el Corpus Christi, el Día de San Felipe – el primer santo mexicano, así como el Viernes Santo, o la Natividad. En total hay siete días especiales, así como la Semana Santa, cuando el nivel de la iluminación estaba programado para disminuir a 30% mientras las luminarias RGBW proporcionaban un color morado al edificio en general.
En el caso de la fachada Oriente, los retos han sido algo diferentes, porque tuvimos por un lado la fachada del Sagrario que estaba muy cercana a los postes (este concepto no lo hemos cambiado) prácticamente entre 12 y 15 metros, y por otro lado estaba el transepto de la Catedral, o la cúpula ubicados a más de 70 metros. Colocando un total de 56 luminarias, 47 en blanco dinámico, y 8 en RGBW, para continuar con la misma propuesta de diseño, unificada con la fachada principal. Utilizamos la misma luminaria, Griven Coral, porque conocíamos su comportamiento y su programación.
La alimentación eléctrica, junto con los equipos de control se encuentra en la bóveda (de CFE) debajo del nivel de tierra, dentro del patio catedralicio, pero, con el acceso por el exterior. Durante la intervención en la fachada Oriente, en 2018 se mejoró el acceso a este espacio, en especial, la protección contra las precipitaciones.
La alimentación, en 220 v AC para evitar caídas de voltaje por los largos recorridos de cableados, cuenta con un sistema inteligente de gestión, de la marca LynTec, con interruptores motorizados, programados para mínimo 200 mil ciclos de encendido y apagado. El control, basado en sistema de Nicolaudie, es vía DMX512, con la programación de diferentes escenas que se pueden activar de manera remota a través de estaciones de control ubicadas en el área de transepto y el Sagrario.
Sin embargo, cuando hicimos la instalación de la fachada Oriente, el Ing. Filiberto Zambrano Alcorta de Z&A Servicios desarrolló un sistema de automatización mediante reloj astronómico, programable para diez años (o más), tomando en cuenta tanto los horarios y su cambio en la Ciudad de México, como los cambios de las fechas de Semana Santa, las fechas que no son fijas en el calendario eclesiástico. También se instaló un punto de acceso de Internet inalámbrico, con su dirección IP, lo que permite hoy en día, revisar el estatus de los tableros y de las luminarias, así como poder reprogramar, si fuese necesario, algunas escenas, y hacerlo de forma inalámbrica, sin necesidad de abrir la bóveda. Cabe destacar que se enlazaron ambos sistemas, para poder unificar el control.
La iluminación de la Catedral se ha convertido en una imagen icónica de la Ciudad de México, y su iluminación “de gala” para 15 de septiembre, o para la Navidad, brindan una apariencia muy especial a Zócalo capitalino. En el sismo que sacudió la Ciudad de México en septiembre de 2017, ningún luminario se daño, o cambió su dirección, lo que habla bien de la calidad de los instrumentos, pero también de instalación.
En el concurso de Iluminet para premiar lo mejor de diseño de iluminación en Iberoamérica, el diseño de la primera etapa – la iluminación de la fachada principal, ha sido seleccionado para ser publicado en el libro conmemorativo, como uno de los mejores cincuenta diseños entre 2016 y 2018. Esperamos que la fachada Oriente, tenga la misma recepción este año.
Colaboradores del proyecto
Fachada Sur:
Lic. Aleksandar Lalicki Posavec: concepto general y diseño de iluminación; diseño de postes (con Arq. David Pineda)
Arq. Tania Vergara Carbajal, cálculo y visualización digital; enfoque y supervisión de instalación;
Arq. David Pineda Muñoz, director del Proyecto, director de Grupo TARES, diseño de postes (con Lic. Aleksandar Lalicki)
Arq. Aimée Mancilla Porraz, gerente de Proyectos, Grupo TARES
Fachada Oriente:
Lic. Aleksandar Lalicki Posavec: concepto general y diseño de iluminación; enlace con el cliente;
Arq. Tania Vergara Carbajal, cálculo y visualización digital; supervisión de enfoque;
Ing. Filiberto Zambrano Alcorta, diseño eléctrico y de sistema de control; gestión de obra y supervisión;
M. en Sci. Filiberto Zambrano Ayala, diseño de sistema de control, coordinación de suministros, logística.
Arq. Iris Infante, Fideicomiso del Centro Histórico, coordinadora general de obra.
Fachada Sur