Vivimos en una sociedad donde la equidad de género se ha convertido en un reto para las empresas. Un ejemplo que clarifica esta situación lo encontramos en las industrias tecnológicas, ya que hay escasez de miembros femeninos en los directorios y, por ende, poca participación.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2016 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, ocho de cada 10 mujeres -78.8 por ciento de 19.9 millones-, en el tercer trimestre del mismo año, estaban ocupadas en el sector terciario de la economía como comerciantes, servidoras sociales y hostelería.
Asimismo, según Estadísticas a Propósito del Día Internacional de la Mujer 2017, del total de mujeres ocupadas en México, 23.3 por ciento trabajan por cuenta propia, mientras 2.3 por ciento son empleadoras y 7.5 por ciento no recibe remuneración por su trabajo; a su vez, 41.9 por ciento labora sin tener un contrato escrito y más de la tercera parte – alrededor de 33.8 por ciento- no cuenta con prestaciones laborales.
“Estos datos muestran un panorama general de la situación en la que se encuentran las mujeres actualmente en cuestión de educación”, señaló Elena Gómez, CFO de Zendesk. “Las pocas mujeres que han logrado integrarse en sectores industriales como el tecnológico, contribuyen a la ampliación cultural de género. En realidad hacen un trabajo muy importante y muchas ocupan cargos como directoras, operadoras en gestión de proyectos, entre otras funciones”.
Se debe implementar un cambio no sólo en las oficinas, sino en nuestros hogares y la educación que viene desde casa con el objetivo de invitar a las empresas a fortalecer la participación de las mujeres en sus planes de negocios y estructura laboral para así, reducir las brechas de género en sus organizaciones.
Los programas de responsabilidad social de las empresas, si quieren integrar estrategias de crecimiento integral, deben promover la igualdad en, por ejemplo, el pago de salarios entre hombres y mujeres. Las únicas consecuencias de esta clase de acciones están encaminadas a generar un cambio y hacer de la equidad un elemento que conforme a las mismas compañías.
Los grandes corporativos se han dado cuenta, conforme se ven los beneficios en materia de igualdad de género, lo importante que es tener dentro de sus organizaciones cierto equilibrio entre su personal. Países de primer mundo como Noruega, Suecia e Irlanda, demuestran el éxito del liderazgo femenino balanceado.
‘’Para que las mujeres se incorporen en industrias tecnológicas, deben ser persistentes y no preocuparse tanto de los roles. Considero crucial para las empresas tecnológicas crecer constantemente en materia de equidad, para sí, brindar oportunidades de trabajo. Este sector se caracteriza por evolucionar y aceptar cambios, apliquemos esta misma premisa para incorporar mujeres capaces”, comenta la ejecutiva.