Impacto
Inicialmente relacionado con el código IP, en el que se añadía una clasificación numérica al final de una clasificación IP, la clasificación de impacto IK se diferenció del código IP para medir la resistencia al impacto del producto en 1995. La norma IEC 62262:2002 especifica los índices de protección contra impactos como parte del código IK. Las clasificaciones del código van desde IK00; no protegido, hasta IK10; que demuestra que un producto puede soportar 20 julios de energía. Para ello se realizan pruebas específicas, como el lanzamiento de martillos de péndulo o de caída libre a distancias y con pesos precisos.
Las condiciones de prueba del código IK
Aunque son precisas y repetibles, estas cifras a veces pueden dificultar la comprensión o la interiorización de los escenarios realistas que las clasificaciones IK pretenden simular. Por ejemplo, al leer los parámetros de una clasificación IK10, se manifiestan 20 julios de energía al dejar caer una masa de 5 kg desde 400 mm por encima de la superficie impactada. Calculando la aceleración de la caída libre desde la altura especificada, eso es como hacer rodar una bola de bolos de tamaño medio hacia una luminaria a unos 2.7 m por segundo.
Martillos de prueba fabricados según las especificaciones IK
Para la mayoría de las condiciones, este límite superior de la norma IK es apropiado. Sin embargo, se está intentando ampliar el código IK a un nivel más alto para tener en cuenta aspectos como el vandalismo y otros entornos más extremos. Algunos fabricantes han comenzado a extrapolar los datos IK existentes para estos entornos continuando los datos existentes de forma proporcional, añadiendo “clasificaciones” IK hasta “IK20”. Sin embargo, lo que no se recoge en el código IK podría ser la parte más crucial a la hora de considerar la idoneidad de un producto: la frecuencia y gravedad probables de un determinado impacto.
Al considerar un producto, puede ser importante juzgar la probabilidad de que un producto sea tratado con dureza y con qué frecuencia, de forma muy parecida a una evaluación de riesgos. Cuando no se conocen bien estos detalles, se tiende a “sobre-especificar”. Y muy a menudo, una mayor protección contra impactos suele tener un costo. Este costo puede consistir en un aumento del peso o en una reducción de las prestaciones.
La capacidad de enfoque limitada, las protecciones que dificultan el rendimiento o, simplemente, el aumento de los costos iniciales son habituales en las clasificaciones IK más altas. Esto es especialmente importante cuando se considera un uso no permanente, en el que el equipo será trasladado o transportado. De hecho, es sorprendente que en el mercado de la iluminaciЧn de producciЧn no se mencionen a menudo las clasificaciones IK de equipos muy caros que estЗn destinados a ser portЗtiles y transportados durante toda su vida Ьtil. Por lo tanto, entender las vulnerabilidades específicas relacionadas con el impacto de un producto puede ser crucial para la idoneidad del producto y, por lo tanto, para su longevidad. Fíjese bien en las características del diseño, como los puntos de entrada del cableado expuestos, las pantallas, los indicadores u otros componentes susceptibles de romperse cuando se someten a un impacto.
Los índices de impacto también son clave en las instalaciones permanentes, como en el caso del alumbrado de los edificios cercanos a las carreteras. Cuando se eligen productos para su instalación cerca de las calles, se recomienda la protección contra objetos pequeños como guijarros o piedras que se mueven a una velocidad relativamente alta. Pero en otros lados de un edificio, que pueden no tener carreteras cerca, este nivel de protección puede no ser necesario. Por lo tanto, adquirir un producto que tenga diferentes versiones de clasificación IK podría resultar en un costo total más bajo.
Otras consideraciones a tener en cuenta son la comprensión de cómo está diseñado un producto para fallar durante un impacto y el costo de reparación resultante. Tratar de protegerse contra cualquier eventualidad llevará a un exceso de especificaciones. Entender la posibilidad de reparación frente a la sustitución total de un producto puede conducir a una importante eficiencia en los costes a lo largo de la vida útil durante el periodo de diseño.
En SGM, muchos productos se someten a pruebas de clasificación IK07 a IK09, ya que el riesgo de impacto tanto en las giras como en los proyectos de instalación en los que trabajamos es elevado. Además, la posibilidad de reparar los productos forma parte de nuestra filosofía de desarrollo de productos. El control de la fabricación de nuestras líneas de productos en casa significa que los productos de SGM pueden ser reparados casi siempre. Desde los nuevos motores LED en las luces móviles, hasta la sustitución de las carcasas exteriores con nuevas juntas con clasificación IP, pasando por las pruebas de vacío realizadas in situ, nos esforzamos por diseñar productos resistentes que duren, reduciendo el costo real para los usuarios finales.
Texto original en el blog de SGM Lighting